Si bien la obesidad es un factor de riesgo, no es adecuado adelgazar rápido. Según la Fundación Española del Corazón (FEC) se debe desconfiar de las dietas que prometen bajar más de 1 kilo por semana, ya que este descenso perjudica la salud del corazón y aumenta la probabilidad de sufrir enfermedades cardíacas.
Hoy en día, especialmente durante la época de verano, existe una gran oferta dedietas rápidas e hiperproteicasque provocan efectos nocivos sobre la salud. Por ello la FEC advierte que lasdietas que promueven lapérdida de más de 1 kilo de peso por semana, puedenperjudicar la salud del corazón.
Las dietas hiperproteicaspueden provocardeshidratación, con pérdida de potasio y sodio (minerales indispensables para el sistema cardiovascular), elevar los niveles de colesterol y provocar, por ende enfermedades cardíacas. Asimismo, la pérdida de peso se produce a expensas de lamasa muscular que, a su vez puede tener efectos nocivos sobre el músculo cardíaco.
La obesidad es una enfermedad en sí misma y un factor de riesgo cardiovascular y que, a su vez, potencia la aparición de otros factores de riesgo como diabetes, dislipemias,hipertensión arterial, etc. Por ello es importante ser conciente y realizar un régimen alimenticio, no sólo por una cuestión estética, sino también por una cuestión de salud.
Para ello, es importante llevar a cabo una dieta equilibrada y saludable que se distribuya en 5 o 6 comidas, que contenga alimentos ricos en omega 3 y omega 6 y alimentos ricos en fibra. Por otro lado es aconsejable comer alimentos desnatados y desgrasadoscomo los lácteos, carnes rojas sin grasas visibles y pollo o pavo sin piel.
Además de estos alimentos sugeridos para perder peso sin necesidad de perjudicar el corazón, es importante conocer cuáles son los alimentos que no se deben consumir, entre los cuales se encuentran galletas, snacks, bollos de pastelería, chuchearías, dulces con azúcar, alimentos fritos, mantequilla, margarina, alimentos ricos en sodio y bebidas alcohólicas (excepto vino tinto).
Adelgazar puede convertirse en una acción saludable o perjudicial para el organismo, especialmente el corazón. Sólo depende de nosotros tomar el camino correcto, acudir al médico y poner en práctica una dieta lenta pero segura, sin necesidad de poner en riesgo la salud cardíaca.
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